CUÉNTAME un cuento
Hay un cuento, que casi por lamento, se llama microcuento.
Pequeño, pero muy atento, vive de "cadabras", haciendo rimas con palabras.
Le encantan los trucos, los conejos, los sombreros, los payasos locos.
De lunes a lunes, siempre a la noche, camina por el circo. Sus huellas, rojas, manchan de sangre un espectáculo sin risas. Inolvidable como las tragedias griegas, irreversible como la muerte.
El circo, antes lleno de esperanza, ahora queda vacio y quema sin parar. ¡Fuego!
Al final, destrozado y arrepentido, el microcuento llora las pérdidas: son frases, palabras y muchas, pero muchas letras carbonizadas. Pero de golpe, hecho una magia, sus lágrimas debelaran las llamas. ¡Agua!
Por suerte, aún quedan sobrevivientes: la pluna de color roja sin tinta y una hoja con medio cuerpo quemado, quemado por la soledad.
En medio a todo, queda la pregunta:
¿La literatura es un código oculto o un macrocuento secreto?
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